domingo, 13 de julio de 2014

MELIA VALENCIA (VALENCIA)


HOTEL MELIA VALENCIA (****)
Avenida de las Cortes Valencianas 52
46015 Valencia
Telf: 963.03.00.00
www.melia.com

Habitación: 1310
Fecha de entrada: 10/07/2014
Tarifa: 90€ (A+D)

Una de las torres más altas de la ciudad, acristalada, esbelta y estrecha construida en los años de la locura urbanística para una cadena hotelera norteamericana y ubicada en la misma entrada de la ciudad por la CV35 junto al Palacio de Congresos, y no lejos de la Feria de Muestras. Algo alejado, eso si, del centro histórico y comercial de la ciudad. Un edificio exento con una majestuosa entrada flaqueada por unas escaleras o una rampa que terminan en una enorme puerta giratoria acristalada.

Una vez dentro el espacio resulta gigantesco. Un enorme y altísimo recibidor reparte el inmenso espacio entre un bar, una zona de estar y justo enfrente bajo un enorme mural de cerámica en larguísimo mostrador de recepción. Llegamos pasada la medianoche y nos toca esperar. Tenemos tres clientes delante. La espera se hace larga, sobre todo por la hora. Sólo una persona atiende tras el mostrador. Cuando nos toca el turno, otra vez lo de siempre: A copiar todos los datos de todos los DNI de todos los que se alojan (niños incluidos), una tarjeta de crédito, firmas y más firmas y al final de forma atropellada terminan contándote que el desayuno es en la planta baja y que el wifi es gratis con una clave que te entregan en un papel junto con las llaves de la habitación. Algún día un informático inventará algo que se llame así como base de datos y cuando uno diga su nombre el empleado podrá rescatar todos sus datos de otras estancias en ese hotel o en la cadena. Pero eso será al siglo que viene, cuando llegue la revolución tecnológica. Mientras tanto, toca seguir esperando a que se transcriban todos los datos (¿¿!!??). 

En un pasillo estrecho encontramos los ascensores. Modernos, con pantallas que anuncian espacios del hotel, panorámicos, que escalan la fachada del edificio a una velocidad sorprendente y que ofrecen unas impresionantes vistas de la ciudad. Al salir del ascensor, los pasillos, en moqueta de tonos azules y las paredes y puertas en color arena. Amplios y rematados a ambos lados por ventanales con vistas a la calle, lo que permite la entrada de luz natural. 

Tras la puerta el espacio es amplio. Y muy luminoso. Moqueta mullida en tonos grises. No demasiado estropeada. A la derecha encontramos un largo ventanal de techo a suelo hasta la zona del dormitorio. Resulta sorprendente la insonorización de la misma, aunque también la cantidad de suciedad que tiene el cristal por fuera. Debe ser complejo acceder a la limpieza de semejante torre. Frente al ventanal un curioso sofá de diseño de alocado respaldo en tonos marrones para sentarnos a perder la mirada en la hilera de aviones que esperan su turno para aterrizar en el cercano aeropuerto de Manises. A la izquierda una puerta de cristal marca el acceso al baño. Junto a la entrada al dormitorio se nos ofrece una columna con el minibar y una bandeja para preparar café. A su lado un armario ropero generoso, con colgador y baldas, una caja fuerte y una tabla de planchar con su plancha. 

La cama, vestida con edredón blanco y varios almohadones de distinta dureza ocupa casi el centro de la estancia. Resulta cómoda y fresca. A los pies un pie de cama en tonos marrones. El cabecero, a juego con el ribete del pie de cama se remata en madera donde se incrustan lámparas direccionables de lectura. A cada lado sendas mesillas con lámparas de mesa. En una de las mesillas se ofrece un despertador, que debemos desenchufar si queremos poner nuestro móvil a cargar. En la otra debemos desenchufar la lámpara situada detrás de la mesilla si queremos enchufar algo. Interruptores para apagar las luces de la mesilla y las de la entrada. Las demás debemos apagarlas antes de meternos en la cama. A los pies de la cama un armario con cajones y un gigantesco plasma. Desde allí hasta la enorme ventana que remata la habitación se dispone un sillón con una mesa de centro y una mesa de trabajo con una cómoda silla con ruedas, un flexo, varias revistas y folletos del hotel y un par de enchufes para conectar el portátil. 

Insonorización interior y exterior resultan estupendas. Lástima que el foscurit no pare toda la luz que ofrece la mañana de "la Ciudad de la Luz" y temprano nos sorprende la luminosidad entrado en la habitación. El aire acondicionado no es demasiado ruidoso, pero el display para su regulación resulta algo complejo. Pese a ello el descanso es reparador y silencioso. 

El baño resulta espectacular. En mármol verde oscuro, cristal espejo y luz. Frente a la puerta encontramos una encimera de mármol con el lavabo incrustado. Sobre él un enorme espejo con luces incrustadas. Anclado a la pared un espejo de afeitado. Champú, acondicionador de pelo, gel de baño, jabón de manos de avena y una cajita con unos algodones, set de costura, bastoncillos y gorro de baño. La presión en el lavabo es algo escasa. La temperatura y el monomando funcionan perfectamente, pero falta ese "brío pesado" que a algunos todavía nos gusta.

A la derecha de la puerta una bañera que acoge el toallero con mullidas, limpias y nuevas toallas. A la izquierda dos puertas de cristal. Una para el inodoro, y la otra para una espectacular cabina de ducha en tonos arenas. Dentro todo es perfecto: la temperatura, el caudal y la presión, la iluminación. Pero se nos antoja que semejante cabina requeriría de un mejor remate. La alcachofa de ducha, de teléfono, resulta, aunque correcta, algo "pobre".

Por la mañana el desayuno resulta demasiado gritón y ventoso. Quizá para bajar la temperatura abren algunas puertas para hacer corriente y cuando se cruza por allí resulta incómodo. El buffet es muy variado y destacan tanto las bandejas con minisandwiches (de salmón, mixtos, vegetales...) como un rincón de churros, gofres y unos algo resecos fartons.

En el momento de la despedida, a diferencia de la llegada, apenas se nota la factura. Lo importante es si hemos descansado bien, si necesitamos ayuda con el equipaje o con la continuación de nuestro viaje. Y eso, aunque parezca poco, sorprende. Y mucho.

Calidad/precio: 9
Servicio: 8
Habitación: 8
Baño: 8
Estado conservación: 9
Valoración general: 9

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