lunes, 27 de abril de 2015

AC HOTEL CIUTAT DE PALMA (PALMA DE MALLORCA)

AC HOTEL CIUTAT DE PALMA  (****)
Plaça del Pont 3 
07014 Palma de Mallorca

Habitación: 110
Fecha de entrada: 19/03/2015
Tarifa: € (Alojamiento y Desayuno)

A una manzana del Paseo Marítimo en una de las zonas con mayor oferta de bares y restaurantes encontramos este moderno edificio cuadrado y exento de cinco plantas que destaca por el color claro de sus ladrillos y el cristal verdoso de sus balcones. Tras la puerta de entrada de cristal hay una pequeña bajada. Moqueta gris verdosa en el suelo, y unos grandes ventanales enfrente que dan acceso a un patio con sillas y mesas. Varios sofás, mesas de trabajo y un horroroso stand blanco en el que se venden champús, jabones, bebidas y snacks rompen la luz que podría entrar por allí. 

A la izquierda de la puerta, y a continuación de ella encontramos la recepción. Muy de la cadena: mostrador oscuro, con dos pantallas sobre él, y varios carteles con información sobre la cadena. El trato es muy rápido. Tienen preparada ya la llave así que sólo hemos de firmar la llegada. Nos explica el horario de recepción y el uso del wifi que es gratuito y veloz para los miembros de Marriott Rewards. 

Un poco más adelante encontramos, camino del restaurante, los ascensores. Dos. Modernos, de paredes de madera con publicidad de la cadena y un espejo. Cuando se abren las puertas nos encontramos ante un pasillo serpenteante, con la misma moqueta negra en el suelo, paredes gris claro, puertas marrones oscuras y luces puntuales indirectas. En algunos tramos del pasillo hay ventanas que dan al patio que se veía desde la recepción. 

Tras la puerta, suelo de parquet oscuro, agradable, limpio y bien cuidado. Paredes claras. A la izquierda una puerta de cristal accede al baño. Un poco más adelante, el dormitorio. De tamaño justo, dispone de una cama blanca con tres almohadas, una de ellas muy dura, como para sentarse en la cama a trabajar. Grande para ser individual, algo justa para ser doble. Dos mesillas a cada lado. Junto a una de ellas, el armario iluminado de puertas correderas y con ventanas traslúcidas sólo dispone de una simple barra para colgar ropa. La puerta está bastante deteriorada. En la pared del fondo un enorme ventanal que permite el acceso a una estrecha terraza. Foscurit y unos visillos no consiguen parar la luz que ilumina el edificio por la noche. 

La cama es confortable. Vestida con sábana, manta y colcha de agradable tacto. Correcta. Las almohadas lo mismo. El aire acondicionado es bastante ruidoso, más para dormir, aunque funciona perfecto desde un display sencillo. La insonorización exterior suena correcta, apoyado porque la zona inmediatamente circundante es tranquila. La interior en cambio podría ser mejor. Se escuchan conversaciones en habitaciones cercanas. En las mesillas sólo hay interruptores, que encienden y apagan todas las luces de la habitación. Pero o todas o ninguna. Sólo podemos optar con todo encendido, todo apagado o dejar sólo la pequeña lámpara de lectura que hay sobre la mesilla. Junto a los interruptores, un enchufe.  

A los pies de la cama encontramos un maletero protegido por un cojín en tonos verdosos y un robusto escritorio. Una lámpara, unos enchufes en la pared y una cómoda silla de piel negra favorecen el trabajo. Entre medio un armario acoge el caro minibar y sobre él, un enorme plasma. Entre la cama y la terraza, un sofá negro, grande, doble, que se puede convertir en cama. Y delante de él una mesita baja con ruedas.    

El baño sigue la regla de la cadena. Encimera de cristal, enorme espejo bien iluminado, suelo y paredes de mármol verde. Elegante. La puerta golpea el inodoro cada vez que se abre, de hecho tiene un arañazo por ello. La cabina de ducha aparece separada por una mampara de cristal. El mando de la ducha queda al otro lado, casi oculto bajo la toalla que cuelga del toallero. El caudal y la presión son correctas, aunque la temperatura oscila demasiado. Al grifo del lavabo le falta presión y caudal. 

Dos enormes y mullidas toallas de baño, una de lavabo y dos cuadrantes de manos completan la lencería. Sobre la encimera, las amenities clásicas: la pelota de golf de jabón, el gel y el champú. Bajo el lavabo en una mesita auxiliar, además de una toalla se ofrece un peine, un gorro de ducha y un lustrazapatos. 

El desayuno no dispone de platos calientes, pero el surtido y cantidad del resto de productos es generoso: crujiente, caliente y recién hecha bollería, embutidos, fiambres, quesos, tortillas, cereales, yogures, panes, mermeladas, fruta... El café de Nespresso es de lo más destacable. El servicio apenas ausente. 

En la recepción, al irnos sólo el minibar. Y darnos un papelito para dejar la maleta en la consigna unas horas. Sin más. 

Calidad/precio: 
Servicio: 7
Habitación: 8
Baño: 8
Estado conservación: 7
Valoración General: 7.5

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