lunes, 20 de abril de 2015

PULLMAN SKIPPER (BARCELONA)

PULLMAN BARCELONA SKIPPER (*****)
Avda Litoral 10
08005 Barcelona

Habitación: 543
Fecha de entrada: 12/03/2015
Tarifa: 

A un paso del Puerto Olímpico, entre la Ronda Litoral y la playa junto al Parque Sanitario del Mar, encontramos este singular y moderno edificio de seis alturas (aunque en cada planta hay dos hileras de ventanas) en forma de ángulo. El taxi nos deja en la puerta y enseguida un botones se acerca a saludarnos, darnos la bienvenida y hacerse cargo de nuestro equipaje.

Una enorme puerta giratoria nos deja en el bullicioso y desordenado lobby. Las paredes de cristal que abrazan el enorme espacio llenan todo de luz. A la derecha unos cuantos sofás para la tertulia y la espera al calor de la de la luz del sol. a la izquierda tres ascensores. Un poco más adelante y de nuevo a la derecha el largo mostrador de recepción con cuatro puestos para la atención. Y hacia adelante el comedor (restaurante y desayunador) con vistas al patio que acoge una de las piscinas. 

La recepción es lenta. Nos atiende una chica extranjera. Del este. Quizá por eso demasiado fría. Pese a tener los datos, gracias a la tarjeta de fidelidad de la Cadena, de nuevo hay que introducir nombre, dirección, código postal, la tarjeta de crédito de garantía... Luego nos explica los horarios del desayuno y del restaurante y el funcionamiento del wifi. Aunque en este se equivoca. Suerte que ya conocemos cómo funciona, de otros hoteles de la cadena, y acertamos con el procedimiento: nos dice que hemos de usar los dos apellidos, pero sólo hay que usar uno.

Unos enormes ascensores, modernos y brillantes nos suben hasta la quinta planta. Al salir, una gruesa moqueta marrón cubre los pasillos. Tenue iluminación. En el vértice del edificio, en unas paredes de metacrilato rojo se indican la división de los pasillos y las habitaciones, aunque no queda demasiado claro. Los pasillos continúan con la moqueta marrón y enormes puertas de madera clara. En los marcos se han colocado unas placas de metal con los números de las habitaciones. Tras la poderosa puerta se mantiene la mullida y gruesa moqueta marrón claro, bastante limpia. Un ancho pasillo con enormes armarios de madera a la izquierda y una pared de madera roja a la derecha que incluye la puerta del baño nos conduce, tras atravesar otra pesada puerta de madera roja, al enorme dormitorio.


La pared de la izquierda continúa en madera oscura con un enorme plasma, el minibar carísimo y un completo set de café, te y leche con su correspondiente cafetera y dos botellas de agua de cortesía, además de otro gran armario con varias baldas y un zapatero. A continuación y antes de la ventana, una mesa de trabajo de madera con una lámpara, enchufes en un lateral y una cómoda silla. En la pared de enfrente un gran cabecero de madera que se ilumina por detrás, con dos mesillas en color rojo que tienen interruptores para apagar las luces, enchufes para los aparatos electrónicos y dos lámparas de noche que iluminan perfectamente para la lectura o el trabajo desde la cama y para levantarse por la noche sin molestar al acompañante. 

En la pared de enfrente hay una cómoda butaca con una lámpara de pie y una mesa baja de madera a juego con el escritorio, con algunas revistas para el viajero. Detrás, dos tiras de ventanas. Una sube unos 50 cm desde el suelo, y otra baja otros 50 cm desde el techo. Vistas a la puerta principal, a la ronda que pasa ahí delante y a Barcelona y la montaña al fondo. Sorprende que los vidrios y la carpintería metálica dejen pasar bastante ruido de la calle. También es cierto que la ronda litoral soporta uno de los tráficos más pesados de la ciudad. La insonorización interior también es mejorable. Se escuchan las conversaciones de las habitaciones contiguas, aunque no el pasillo, quizá por el grosor de las dos puertas que aislan el dormitorio. La ventana se cubre con un foscurit algo liviano (por la mañana se cuela la luz) y con un leve visillo de color gris verdoso metalizado.

La cama, enorme, blanca resulta muy confortable. Con un punto de dureza agradable. Las sábanas que envuelven el nórdico son suaves y frescas decoradas con rayas verticales. Quizá sean algo incómodos los almohadones. Dos cuadrantes y dos pequeñas almohadas algo duras, muy al gusto francés de la cadena. Aún así en la mesilla encontramos una carta de almohadas por si queremos pedir algo más adecuado a nuestro gusto. Las opciones de luz que se pueden manejar desde la mesilla son muy efectistas. Desde una luminosidad total hasta opciones más tenues e íntimas, especialmente si dejamos sólo la que sale desde el cabecero.

El baño es generosísimo en espacio. Recubierto todo él (paredes y suelo) de pizarra negra muy agradable al tacto descalzo. Iluminación puntual pero suficiente. A la derecha una enorme bañera con un gran toallero calefactado. Enfrente un alargado lavabo con dos enormes y modernos grifos bajo un potente espejo junto al que hay incrustado un espejo de aumento para el afeitado y el maquillaje. En la encimera del lavabo se ofrecen las cuidadas amenities: gel, champú, acondicionador, crema hidratante, discos desmaquillantes, gorro de baño, un set de manicura, una gamuza lustrazapatos, un gran calzador, dos pares de zapatillas y un potente secador de pelo. Un jarrón con unas flores, una moderna báscula digital y dos curiosos vasos de color rojo completan el equipamiento. A la izquierda dos espacios separados por mamparas de cristal alojan el inodoro y una cabina de ducha.

Aunque el caudal y la presión en los lavabos es adecuada, la de la ducha se queda un poco escasa. Desentona con el baño y especialmente con el formidable formato de ducha efecto lluvia que se ofrece. Esperábamos algo más, la verdad. Los albornoces, que se pueden encontrar en uno de los armarios colgadores (en el que hay perchas de varios tipos, incluidas algunas enteladas) son agradables, así como el resto del set de lencería: dos toallas de baño, dos de lavabo y dos pequeños cuadrantes de manos. 

Por la mañana en recepción, para ejecutar la factura debemos volver a cargar los datos de facturación con lo que el trámite se hace pesado. Sin más preocupación que el cobro de los 2euros de tasa municipal nos despedimos. Sólo muestra algo de entusiasmo en nuestra despedida el botones que nos acompaña hasta la puerta del taxi.

Calidad/precio: 
Servicio: 7
Habitación: 9
Baño: 8.5
Estado conservación: 9.5
Valoración general: 9

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