viernes, 29 de mayo de 2015

PULLMAN MADRID AIRPORT & FERIA (MADRID)

PULLMAN MADRID AIRPORT & FERIA (****)
Avenida Capital de España 10
Campo de las Naciones 
28042 Madrid

Habitación: 404
Fecha de entrada: 15/05/2015
Tarifa: 87€ (Alojamiento y Desayuno)

Situado a dos pasos de Ifema rodeado de edificios corporativos del Campo de las Naciones. En una zona en la que es fácil aparcar de noche. Casi imposible de día. Bien comunicado con el aeropuerto de Barajas, por carretera, una parada de metro y un shuttle gratuito que ofrece el hotel cada 30 minutos. Un enorme edificio de cinco plantas en forma de U se divide entre el Novotel y este Pullman que antes fue Sofitel. Una "callecita privada" ajardinada permite el paso de vehículos para descargar el equipaje y el aparcamiento del shuttle hacia el aeropuerto.

Tras una enorme puerta giratoria la recepción es amplia. En tonos dorados y rojizos. Con un punto afrancesado. A la derecha, sobre unas escaleras el bar cafetería con cómodos butacones, mesas bajas y una enorme pantalla sin sonido. Un poco más adelante el acceso al comedor y a los salones. Justo de frente unos sofás sobre una mullida alfombra delante de una biblioteca que ofrece libros y un escueto surtido de prensa. A la izquierda el largo mostrador de recepción en madera rematada con mármol negro brillante con tres puestos de atención.

Tras él, el equipo se esmera en una rápida atención. Aún así hay que firmar unos cuantos documentos mientras nos explican el funcionamiento del wifi (gratuito y bastante veloz en todo el hotel) los horarios del restaurante (¡desayuno desde las 6 de la mañana!) y nos ofrecen la invitación a la copa de bienvenida que por nuestro rango en el programa de fidelidad nos corresponde. 

Al fondo del espacio encontramos los tres ascensores junto a un pequeño business corner y una mesa en la que se ofrecen algunas bebidas de cortesía. Para llamar al ascensor hay que utilizar la tarjeta de la habitación, lo que aumenta la sensación de seguridad. Tres ascensores amplios, con moqueta roja en el suelo, paredes paneladas en madera con molduras, un espejo y algunos carteles con los servicios del hotel nos conducen a cada una de las cinco plantas del hotel. 

Al abrirse las puertas salimos a un oscuro recibidor. Paredes en negro, suelos oscuros, marcos de madera rojizos, luz puntual algo escasa. La atmósfera es relajante e invita al silencio y al descanso. Tras el recibidor, que también ofrece una mesa con agua y algo de prensa caemos en el pasillo de las habitaciones. Se abre a derecha e izquierda. Números grandes metálicos nos indican la dirección a tomar. La pesada puerta de la habitación nos enfoca a un pasillo que se remata en el dormitorio. Paredes en vescom claro. Suelo de madera casi negra. Luces agradables. A la izquierda tres puertas de armario y la puerta de cristal del baño. A la derecha un espejo de cuerpo entero.

Al fondo la habitación. Enorme. Luminosa. Quizá a esa luminosidad contribuya la enorme, gruesa y mullida cama que se ofrece toda en blanco, con cuatro grandes almohadas y rematada en un cabecero de piel oscura. A los pies de la cama un pequeño banco negro para sentarse para calzarse y pegado a la pared, un maletero, un ligero armario con un enorme plasma y una confortable mesa de trabajo con un par de enchufes, un teléfono, una lámpara de mesa, un curioso portaminas y un generoso block de notas. Al fondo toda la pared la ocupa una enorme ventana con vistas a la puerta principal. Una cortina que funciona mediante sendos interruptores situados en el cabecero no es suficiente para parar la luz de la mañana y al amanecer la luz entra sin piedad en el dormitorio. Bajo la ventana, una butaca color caldero con una mesa baja y una lámpara de lectura detrás. 


La luz no se para en la ventana, pero salvo eso, el descanso es agradecido. La cama es francamente formidable: cómoda, con una exquisita lencería y un ligero nórdico. De las que uno se tumba y se hunde al tumbarse. La insonorización tanto interna como externa es soberbia y no se escucha nada en toda la noche. Junto a la cama, a ambos lados hay sendas mesillas con lámparas de noche y de lectura direccionables. El juego de luces es muy agradable porque permite encender cada una individualmente, y apagarlas todas desde la cama. Lástima que para encontrar un enchufe junto a la cama haya que mover una de las mesillas.

El armario es imponente. Puertas oscuras con tiradores en cuero. Interior en blanco con todo tipo de opciones: estanterías, cajones, colgador alto, colgador bajo, perchas para trajes, para faldas, para pantalones, perchas mullidas y enteladas para ropas delicadas, una caja fuerte, una bandeja con una cafetera Nespresso, el minibar, un secador de pelo y un lustrazapatos de tela.

El baño resulta moderno y espectacular. Mármol negro por todas las paredes, y pizarra negra en el suelo, que contrasta con el enorme espejo, la puertas puertas de cristal (del baño y la que separa el inodoro del resto del espacio) y el enorme lavabo blanco. Una gran encimera sostiene el enorme lavabo exento rematado por gran grifo como de cascada. Sobre la encimera se ofrecen dos botellas de agua de cortesía y un completo set de amenities (jabón, gel, champú, acondicionador, set de afeitado, dental, de manicura y de maquillaje, peine...). El enorme espejo que ocupa toda la pared se complementa con un pequeño espejo de aumento retroiluminado. 

A la izquierda tras una puerta de cristal blanco se encuentra el inodoro con un teléfono en la pared. Y de frente la enorme cabina de ducha. En pizarra negra protegida por unas puertas de cristal ofrece un espacio enorme. Dentro de él una enorme alcachofa efecto ducha en el techo, una ducha de teléfono y varios grifos de chorros de hidromasaje en la pared. Potencia, caudal y temperatura son más que formidables. Dentro de la ducha se encuentra el toallero. El equipo de lencería es poderoso y agradable: albornoz, dos toallas de manos, dos de lavabo y dos de ducha.  El juego de luces del baño también es interesante e incluso permite regular la potencia de alguna de ellas.  

Por la mañana el desayuno se sirve desde las 6, cosa que agradecemos los excesivamente madrugadores. La variedad de productos es increíble (bacon, tortillas, salchichas, embutidos, jamón, quesos, lácteos, fruta preparada, zumos, bollería recién horneada, minibocadillos....) En la mesa se ofrece una pequeña carta a demanda (huevos...) y el café, de Nespresso se sirve en grandes tazones. 

La salida por la mañana es rápida y cordial. La pregunta del minibar, claro, pero todo lo demás es que pase un buen día y si necesita algo para seguir el viaje...

Calidad/precio: 8.5
Servicio: 8.5
Habitación: 8.5
Baño: 9
Estado conservación: 9
Valoración General: 8.5

No hay comentarios: